El desperdicio alimentario es un problema global que afecta a todos los países del mundo, y España no es la excepción. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en España se desperdician alrededor de 1,3 millones de kilos de alimentos al año, lo que representa una media de 31kg por persona. 

Esta cantidad de alimentos desperdiciados no solo es inaceptable desde una perspectiva ética y moral, sino que también tiene un impacto negativo en el medio ambiente y en la economía española. Relacionado con esto, en el pasado, ya hemos escrito sobre consejos para tener un restaurante más sostenible.

Ante esta situación, el Gobierno español ha dado un paso importante para reducir el desperdicio alimentario en el país. El pasado mes de enero, entró en vigor una ley pionera contra el desperdicio alimentario que ahora debe pasar por el proceso de tramitación parlamentaria. Esta ley tiene como objetivo principal reducir el desperdicio alimentario en España y fomentar la economía circular, y se espera que tenga un impacto positivo en la sociedad, el medio ambiente y la economía del país.

En este post, vamos a explicar los principales puntos de la ley contra el desperdicio alimentario, los beneficios que se esperan de su implementación, las sanciones y la importancia de apoyar esta ley para contribuir a la reducción del desperdicio alimentario en España.

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Medidas de la ley contra el desperdicio alimentario

La ley contra el desperdicio alimentario aprobada por el Gobierno español es una ley pionera en Europa que busca reducir el desperdicio alimentario en el país y fomentar la economía circular. A continuación, se describen los principales puntos de la ley:

Definición de desperdicio alimentario: La ley establece una definición clara de lo que se considera desperdicio alimentario, que incluye todos los alimentos que se pierden o desperdician a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo. Esta definición es importante porque permite medir y cuantificar el desperdicio alimentario de manera precisa y establecer medidas efectivas para su reducción.

Las empresas deberán suscribir acuerdos con organizaciones receptoras para determinar las condiciones de recogida, almacenamiento y transporte de los alimentos

Los restaurantes tendrán la obligación de informar a los clientes que pueden llevarse las sobras y ofrecerles tuppers reutilizables o reciclables, e incluso permitir que el cliente traiga su propio envase. Los restaurantes del tipo buffet libre quedan exentos de esta obligación.

Medidas para fomentar la donación de alimentos: La ley establece una serie de medidas para fomentar la donación de alimentos en buen estado a organizaciones benéficas, como la simplificación de los procedimientos administrativos y fiscales, la promoción de la colaboración entre empresas y organizaciones benéficas, y el establecimiento de un sistema de incentivos para las empresas que donen alimentos.

Las empresas deberán fomentar la venta de productos con fecha de caducidad próxima ofreciéndolos a precios inferiores.

Las tiendas con una superficie inferior a 1.300 metros cuadrados no estarán sujetas a estas medidas.

Medidas para fomentar la economía circular: La ley también establece medidas para fomentar la economía circular en la cadena alimentaria, como la promoción de la producción y consumo de alimentos locales y sostenibles, la incentivación de la reutilización y reciclaje de los residuos alimentarios, y el fomento de la innovación y la investigación en el campo de la reducción del desperdicio alimentario.

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Sanciones si no se aplica la ley

El proyecto de ley establece un sistema de sanciones proporcionales a la gravedad de las infracciones cometidas en el marco de la ley. 

Las sanciones leves se aplicarán en casos como el incumplimiento de la jerarquía de uso de alimentos o la falta de donación de alimentos por parte de empresas, tiendas, supermercados, bares o restaurantes sin fines de lucro, y consistirán en multas de hasta 2.001 euros. Si se repiten estas infracciones, se considerarán graves y se aplicarán multas de hasta 60.000 euros en caso de discriminación en el reparto de alimentos por motivos de nacionalidad, origen o religión, entre otros. 

En caso de reincidencia en infracciones graves, se aplicará una multa de hasta 500.000 euros.

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Agua del grifo y más reciclaje

La ley de residuos tiene como objetivo mejorar la gestión de los desechos. Una acción más para generar un impacto positivo en el medio ambiente. 

En algunos países, desde hace tiempo es habitual que en los establecimientos se pida agua del grifo o, como diríamos, “tap water”. Pero esto nos resulta más nuevo en España. Esta ley, entre otros aspectos, implica la obligación de servir agua gratuita del grifo, reduciendo así los envases de botellas.

Con esta ley, también se han prohibido los plásticos de un solo uso como pajitas o cubertería, entre otros. Deberán ser de materiales más sostenibles. Los recipientes de poliestireno expandido, el que conocemos como corcho blanco, también quedan prohibidos junto con el plástico oxodegradable.

Otros recipientes para alimentos destinados a consumo inmediato deberán reducirse un 50% en 2026 y un 70% el 2030 respecto al 2022.

Con la implementación del impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables, implica prevenir y reducir el uso del plástico considerablemente. Eso sí, la industria asegura que como consecuencia, los precios aumentarán.

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Beneficios de la aplicación de estas medidas:

A continuación, te presento algunos de los beneficios más importantes que se esperan de la ley contra el desperdicio alimentario en España:

Reducción del desperdicio alimentario: El beneficio más importante de esta ley es la reducción del desperdicio alimentario en España. La ley establece medidas concretas y obligatorias para prevenir el desperdicio alimentario en todas las fases de la cadena alimentaria, lo que ayudará a reducir la cantidad de alimentos que se pierden o desperdician.
Además, la ley fomenta la donación de alimentos en buen estado a organizaciones benéficas, lo que permitirá aprovechar los alimentos que de otra manera se habrían desperdiciado.‍

Beneficios económicos: La reducción del desperdicio alimentario también tiene beneficios económicos significativos. La ley fomenta la economía circular y la producción y consumo de alimentos locales y sostenibles, lo que puede generar empleos y fomentar el crecimiento económico.
Además, la donación de alimentos en buen estado a organizaciones benéficas puede reducir los costos de eliminación de residuos para las empresas.

Beneficios sociales: La ley también tiene beneficios sociales importantes. La donación de alimentos en buen estado a organizaciones benéficas permitirá a estas organizaciones proporcionar alimentos a personas que de otra manera no podrían permitírselos, lo que puede mejorar la calidad de vida de las personas más necesitadas.

Beneficios ambientales: La reducción del desperdicio alimentario también tiene beneficios ambientales. El desperdicio alimentario es responsable de emisiones de gases de efecto invernadero, deforestación y pérdida de biodiversidad.

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La ley establece medidas para prevenir el desperdicio alimentario y fomentar la economía circular, lo que puede ayudar a reducir el impacto ambiental negativo de la producción y eliminación de residuos alimentarios.

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Los restaurantes juegan un papel importante en la implementación de esta ley, ya que son responsables de una gran cantidad de desperdicio alimentario. La obligación de informar a los clientes sobre la posibilidad de llevarse las sobras y ofrecer tuppers reutilizables o reciclables, así como permitir que el cliente traiga su propio envase, son medidas que pueden marcar una gran diferencia en la reducción del desperdicio alimentario en los restaurantes. 

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Además, los incentivos a la venta de productos con fecha de caducidad próxima pueden fomentar una gestión más eficiente de los alimentos y una mejor planificación de los menús, reduciendo así el desperdicio. 

En definitiva, la nueva ley contra el desperdicio alimentario es una oportunidad para que los restaurantes mejoren su gestión y contribuyan a la construcción de un sistema alimentario más sostenible y justo.

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