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En este post descubrirás las tapas más populares de los bares de Barcelona. Las mejores combinaciones y los bares más representativos para probarlas.
Ingrid Cesáreo
26 Abril del 2023
¡Camarero, una de desengaño amoroso!
Las tapas, según la RAE, son una pequeña porción de algún alimento que se sirve como acompañamiento de una bebida.
Eso es lo que dice la Real Academia Española pero las tapas, en la Real Academia Española de la vida, como el café, más allá de un alimento son una experiencia, una persona, una conversa, un momento. Las tapas esconden risas, amigos, diversión, conversas, desengaños, nuevos comienzos…
Muchos lugares del mundo apelan a las tapas españolas y es que no hay mejor forma de empezar una tarde de afterwork o un domingo de aperitivo. Es por eso que os hemos hecho un recopilatorio de las tapas más demandadas en los bares y además os dejamos alguna recomendación para que el próximo viernes seáis vosotros los que propongáis dónde ir a probar la siguiente tapa.
La tapa por excelencia, el maridaje perfecto de la cerveza. No hay birra sin brava ni brava sin birra. Las patatas bravas se han reinventado hasta acabar en la mesa de Ferran Adrià pero sin ir más lejos son gajos de patata con dos salsas, siendo una de ellas la que dota de nombre a las patatas: la salsa brava. Hay quienes las prefieren monalisa, pero otros optan por la variante Kennebec, sea cual sea tu elección si le sumas a una buena cocción, una buena salsa picante con pimiento rojo no habrá curioso que se te escape.
Nosotros hemos probado en numerosas ocasiones las más conocidas, las del Bar Tomás de Sarrià y sin desmerecerlas, no hay nada que no destaquen en las bravas de l’Espai Puntal en el Born. Un lugar precioso, con una terraza que grita vermut y una carta informal repleta de pequeñas tapas con las que se te hará la boca agua. Un poco más lejos de esa zona están las patatas bravas del Bar Galán, un espacio en el Eixample donde dentro de su carta típica de bar pero digna de un comensal galán, se esconden unas bravas espectaculares con una salsa que es bien brava.
@edupatatasbravas es un experto en patatas bravas y así empezó su imperio foodie, haciendo una ruta por las mejores patatas de la ciudad condal. A día de hoy las ha probado casi todas y tanto si visitas su blog como su canal de YouTube podrás descubrir dónde pinchar la siguiente patata.
Tomás de Sarrià: Las bravas del Tomàs de Sarrià merecen su distintivo y es que su patata roja cortada en gajos frita y donde se relaja un alioli hecho en la casa junto a un aceite picante con guindilla, pimentón de la vera y pimienta no deja indiferente a nadie, ni por el olor durante el día. La especialidad del Bar Tomàs de Sarrià que se ha convertido en la historia viva y picante de la ciudad.
Espai Puntal: son unas bravas en gajos con su piel coronadas con dos salsas, una mayonesa de la casa y una salsa picante hecha en el restaurante. La terraza perdida en una placita del Born es un must para las noches de verano.
Chico Bar: Crujiente patata agria con un interior repleto de sabor acompañadas de un suave alioli y una salsa con toques ahumados no muy picante.
Bar Mandri: Unas bravas lejos de la práctica habitual donde la fritura se impregna de un buen aceite con pimentón llenando de melosidad el interior de la patata. Lo coronan con una suave ajonesa que llena de personalidad las patatas.
La bomba de carne es una de las tapas más populares en los bares de Barcelona. Esta deliciosa bola de carne picada se rellena de patata y alioli, y se reboza en pan rallado antes de freírse. La bomba de carne se sirve caliente, acompañada de una salsa picante o de alioli, lo que le da un sabor aún más intenso y delicioso.
Esta tapa es una auténtica bomba de sabor que no puedes perderte si eres un amante de la carne. La combinación de la carne picada con la suavidad de la patata y el toque ajo del alioli hacen de la bomba de carne una auténtica delicia para el paladar. Además, su forma redonda y su tamaño la hacen perfecta para compartir con amigos o para disfrutar como plato principal.
Cova Fumada: La Bomba de la Cova Fumada coronada con alioli y salsa picante es la más conocida de Barcelona. ¿Por qué? Porque además de encontrarse en un bar emblemático en el barrio de la Barceloneta, tiene un interior suave y un exterior crujiente que te hará pedir más de una.
La Vermu: Bar de Gracia, con mucha gracia donde se sirven, como su nombre bien indica unos buenos vermuts. Como el alcohol sube rápido siempre hay que acompañarlo de algo que asiente el estómago y las bombas de La Vermu tienen un sabor explosivo.
Tapeo Gracia: La bombeta de la Barceloneta, como a ellos les gusta llamarla es de los platos calientes más reconocidos de este local. Coronadas con una salsa blanca y una picante son la bomba.
Platillo Volador: Muchos conocemos este bar por ofrecer el vermut más barato de Barcelona, pero lejos de eso y de los espectaculares torreznos se encuentra la bomba del Platillo Volador. Este bar del Clot ofrece millones de tapas y platillos con una calidad de otro planeta.
La ensaladilla rusa es de todo menos ensalada y rusa por lo que si no la conoces, a priori es una mezcla de verduras con algún tipo de proteína animal. Se inventó durante el siglo XIX a manos del chef Lucien Olivier, que incluyó en su elaboración alimentos tan dispares como el caviar o la carne de faisán. A día de hoy se ha reinventado tanto que dista bastante de los ingredientes que daban el significado a la creación y se incorporan alimentos como el huevo, la zanahoria o el atún dependiendo del territorio de España en el que estés metiendo el tenedor.
La Flauta: El sitio perfecto para desayunar, comer, merendar y cenar. Siempre encontrarás la opción perfecta para cada momento. Lejos de las reconocidas flautas se esconde una ensaladilla rusa, que expertos como nuestro Marc Curell de haddock, consideran una de las reliquias mejor guardadas de la ciudad. Una ensaladilla con patatas, olivas, guisantes, guindillas, entre muchas otras cosas más coronada de una buena ventresca de atún y acompañadas de una buena flauta (pan alargado) con tomate y aceite.
Cañete: La ensaladilla del Cañete es barcelonesamente conocida y es que todos los ingredientes se deshacen en tu boca gracias a su homogeneidad coronada por huevo rallado que aporta melosidad. Se acompaña de dos bastones de pan que son el acompañamiento perfecto para pedir ensaladilla sin parar.
El Vaso de Oro: La ensaladilla rusa de la Cerveceria El Vaso de Oro que se esconde detrás del reconocimiento del solomillo con foie es digna de probar. Hay dos variantes, una elaborada con atún picante y otra siguiendo la elaboración tradicional. Pruebes cual pruebes hará que vuelvas.
Anxoita Bodega: Un local a dos pasos de la Plaza Cataluña esconde tras su fachada roja un precioso local con pequeñas tapas de grandísima calidad. La ensaladilla rusa se corona con lascas de ventresca de atún y guindilla y se acompaña de un pan con tomate que es el matrimonio perfecto.
Bar Bodega Quimet: Una ensaladilla rusa atípica donde las haya. Su textura compacta no es para todos pero sí para aquellos que en vez de morder quieren degustar sin casi identificar ningún ingrediente. La mayonesa empapa la patata, zanahoria, atún, guisantes…y hace de esta tapa casera una de las más demandadas del local.
Dalt de Tot: La ensaladilla rusa del Dalt de Tot es un must en la ciudad. Por menos de 6 euros podrás degustar una buena ensaladilla acompañada de picos, olivas y guindillas que es la mejor tapa para entrar en hambre. También os recomendamos algunos de sus platos calientes como la tortilla de patatas o la butifarra negra con patatas y huevo frito.
Colmado Múrria: La ensaladilla del colmado múrria es de esas que no solo te gusta por sus ingredientes de primera calidad sino por el encanto que esconde el local donde se sirve. Una ensaladilla de patata, huevo y brandada de bacalao que le otorga una distinción digna de un colmado como el Múrria.
⭐Colmado Wilmot: Como bonus point tenemos la ensaladilla rusa de Wilmot. Se nos cae la baba solo de pensar en ella. Dentro de la carta también hay chup chup con el que nosotros nos chupamos los dedos gracias a la mágina cocina que se esconde dentro de este pequeño colmado ubicado en Sant Gervasi.
Reciclar el pollo a l’ast del domingo para convertirlo en croquetas de pollo era la motivación de los lunes para empezar con el día. Ahora muchos restaurantes han entendido el poder de una buena croqueta y cada vez son más los que se suman a la moda de reinventar la croqueta sin dejar atrás una buena croqueta de cocido o pollo en la carta. Abrir la croqueta, sentir la cremosidad y ver los trocitos de jamón por dentro es sinónimo de un buen bocado y es que la magia de la croqueta reside en su bechamel que es el secreto del éxito de muchos.
Paco Meralgo: Las croquetas del PacoMeralgo no fallan nunca. Ofrecen las míticas croquetas de pollo y jamón y unas llamadas “Obama” que son de sepia. Pidas las que pidas las freirán al momento y las podrás degustar junto a una propuesta de pequeñas tapas “pa comer algo”.
La panxa del bisbe: “Un manjar de dioses”, así define las croquetas una comensal del restaurante en sus reseñas y es que, no sabemos si de dioses pero de humanos con buen paladar seguro que si. Las croquetas de La Panxa del Bisbe son un must que pese a los cambios de carta siempre mantienen.
Extra Bar: Las croquetas de cocido del Extra Bar son de Extra. De forma redonda, crujientes por fuera y melosas no dejan a nadie indiferente. Eso sí, te recomendamos que visites el local semanalmente porque la carta cambia más que los precios de los ingredientes para el sector restauración.
Monocrom: El cocido es un must para algunos de los bares más croqueteros de Barcelona. Las de Monocrom acaparan las más de 500 reseñas que tienen en Google y es que su delicadeza en cuanto a textura sumado a su potente sabor las convierten en una de las más referenciadas de la ciudad.
Coure: Las croquetas de pollo al curry del chef Albert Ventura están en boca de todos pero igual escondidas tras el reconocimiento de otros platos como el rabo de toro, la berenjena a la brasa o la torrija.
La tortilla es de las pocas tapas que puedes pedir a todas las horas del día y todos los días a cualquier hora. La tortilla sana resacas, convierte un brunch en un lunch e incluso levanta a aquellos que son de despertador cansado. En Barcelona hay infinidad de tortillas que se acercan al mercado “tortillil” de la capital y del que ya hemos hablado en Las 15 mejores tortillas de patatas en Madrid [GUÍA COMPLETA]. La cebolla en la tortilla separa igual que los trozos de piña en la pizza pero nadie discutirá que el concepto, sea con o sin cebolla, trufa, queso o verduras, une tradición con innovación para satisfacer a todos los paladares.
Mantequerías Pirenaicas: Si no las más famosas en las calles, las más famosas de las redes sociales. Las tortillas de Mantequerías Pirenaicas -ahora ya con 2 locales- son algunas de las más reconocidas de Barcelona. Han devuelto el afán por probar una buena tortilla a la ciudad. Eso sí, date prisa y ves a desayunar porque cierran a mediodía con un soldout de huevos y patatas a reponer para el día siguiente. Local pequeño y larga cola que te hará esperar disfrutando del buen tiempo de la ciudad y alargando las ganas de probar no solo su tortilla sino su famosa flauta de jamón y brie.
Tortillez: El bar de las tortillas por excelencia. El punto es su pasión y como separa hasta familias deciden preguntártelo antes de entregarte tu tortilla. Tienen tortillas con sobrasada, chipirones en su tinta y hasta secreto ibérico. El secreto en realidad es la mano que hace las tortillas y su don para cocinar sin parar miles de ellas.
Les Truites: Establecimiento que nace con el deseo de perpetuar el valor de la tortilla en Barcelona. Podrás probar 3 trozos de 3 tortillas diferentes a 12,50€. Cada día cambian las tortillas de la carta pero siempre se mantienen algunas de las favoritas como las de jamón y brie o brie y cebolla caramelizada. Tienen infinidad de tortillas curiosas como la de croissant, la de pulpo a la galleta o la mexicana con frijoles.
Bar Alegría: La tortilla de trufa del Bar Alegría es de esas que has visto en más de un Tik Tok y que probablemente tengas en tu lista de restaurantes visitados o restaurantes por visitar.
Resolis 1893: Típica taberna que ha reabierto con un aire nuevo y que se hará un hueco entre los más conocidos de la ciudad. Su tortilla o bien clásica o bien trufada es un must en su visita.
Bar Pietro: Si consigues hacerte con un hueco lo mejor es que pidas rápido un vermut y un pincho de tortilla trufada. Ya vas tarde.
Xampanyet: En un bar de toda la vida donde comer de pie se considera un placer gracias a la riqueza de sus platos se esconde una tortilla con chorizo que junto a un buen champán hacen que merezca la pena la espera.
Ahora que conocéis las tapas más aclamadas en la ciudad condal y los restaurantes que le ofrecen un valor especial dentro de su carta y cuidan hasta el último detalle de su elaboración. No te olvides de buscar un día, una hora y una pena para engañar a algún amigo y visitar alguna de estas recomendaciones.
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